Pautas para controlar el estrés

El estrés es causado por tu cuerpo cuando se prepara para   enfrentar una amenaza física. Tu cuerpo vive cualquier hecho amenazante como si tuviera que combatir para defenderse.

Cuando recibimos alguna herida, alguna noticia no agradable, si nos asustamos,  nuestro cuerpo se prepara para defenderse, paralizarse, golpear algo o para escapar: así   es como nuestros antepasados sobrevivían antes de que se construyeran   las ciudades con muros y se inventaran las armas para defenderse.

Nuestro cerebro no distingue si ese estrés, si ese miedo es debido a que tienes delante es un león que te ataca, si es un situación impactante, si es un recuerdo, si es un pensamiento anticipatorio. Se pondrá en modo supervivencia para cuidarte y defenderte.

Por supuesto, hoy en día la gran mayoría de los   problemas o amenazas que enfrentamos cotidianamente son psicológicos.   Nos preocupamos por los exámenes, por el dinero o por lo que alguien piense o diga sobre nosotros y ante todo esto, nuestros cuerpos todavía reaccionan físicamente.

El cuerpo descarga adrenalina al torrente sanguíneo, el sistema digestivo   se detiene y la sangre se concentra en los músculos mayores porque el   sistema nervioso no distingue entre una amenaza a tu psique o ego y una amenaza   a tu cuerpo físico.

En consulta te ayudamos a encontrar el origen de ese estrés. Vamos a procesar los hechos actuales, presentes o futuros que te están haciendo sufrir, con técnicas rápidas y efectivas como es método SHEC ayudados de otras que nos ayudarán a darte técnicas, recursos y habilidades.

 

  1. Respira profundamente tres veces.

Si sientes que te estás estresando, exhala todo el aire hasta que tus pulmones se queden vacíos,   de manera que quede el mínimo de aire, incluso en la parte baja de los   mismos, luego suelta el aire. Respirando de esta manera cambias tu movimiento   respiratorio de corto, – respirando el aire sólo hasta la parte alta   de tus pulmones – a largo y profundo –el cual es una respiración   más natural, llenando los pulmones-. La respiración corta se asocia   con el estado de estrés, mientras que la respiración larga se   envía poderosas señales de relajamiento a tu cuerpo.

En consulta te enseñaremos a respirar de modo que entres en coherencia cardiaca y encuentre la paz y el relax.

También te enseñaré a relajarte y realizar ejercicios de Mindfulness.

  1. Se amable contigo mismo. Una de las principales causas de   estrés es el diálogo interno, la forma en que nos hablamos a nosotros   mismos cuando estamos pensando. Recuerda que tipo de voz empleaste en tu mente   la ultima vez que estuviste estresado, y cambia el tono de voz. Si fue desagradable   o severo, cámbialo a un tono amigable; si tenia un volumen muy alto,   baja el volumen; si era un discurso rápido, vuélvelo mas lento.   Cambia todos los aspectos del dialogo estresado hasta que obtengas una más   amable. Puedes estar pensando lo mismo, pero no tienes que ser rudo contigo   mismo… que gran diferencia!!

Recuerda que nuestro cerebro no distingue si ese tono de voz se debe a una amenaza real, lo que hará que el nivel de estrés aumente.

  1. Lleva a cabo un cambio positivo a tu ambiente cada día.

Cada día haz algo para volver   tu ambiente más agradable, no importa lo pequeño de tu acción.   Podrías adornar tu cocina con flores frescas o mandar una tarjeta a alguien, pon fotografías de lugares que te emocionen, de personas que quieres,  echa a volar tu imaginación, aquí de lo que se trata es que cada   día hagas algo por mejorar tu ambiente, de manera que te sea más   agradable!!

 

  1. Ejercítate diariamente.

El estrés tiene un componente   físico muy importante, y una de las mejores formas de relajarte es usar   tu energía física ejercitándote. Solo 20 minutos en el   gimnasio o una caminata de 15 minutos por el parque ayudaran a que tu cuerpo   se relaje. Es tan simple que es fácil olvidarlo, pero el ejercicio es   una de las mejores formas de mantener tu cuerpo y tu mente balanceados.

Quizás te apetezca bailar, pon música y baila , baila.

  1. Reencuadra tu situación.

Recuerda que nuestras reacciones son causadas no tanto por el mundo en sí mismo sino por cómo interpretamos el mundo: nada en él es estresante sino las formas en que lo percibimos.

Si tu ves a una persona, una situación o evento como amenazante, tu cuerpo registrará estrés y te formarás una imagen en tu mente.

Hay un ejercicio que recomiendo:

si tu imaginas esa persona, situación o evento en tu mente y cambias la imagen en blanco y negro; reduces su tamaño, al   mismo tiempo que la alejas de ti hasta que desaparece, reducirás o hasta   eliminaras sus efectos estresantes en ti.

  1. Dos veces al día toma una siesta de poder.

¿Sabes que nuestro cuerpo tiene una tendencia natural a relajarse cada 90 minutos? Aprovecha esos momentos. Tu podrás   identificarlos cuando sientas una suave sensación en los músculos,   tus ojos se quieran cerrar y te es difícil concentrarte.

No importa si   ignoras esos momentos la mayoría de las veces, pero es muy buena idea   conectarte a esos estados y mantenerte en ellos por cinco minutos dos veces   al día. Durante estos momentos, si los empleas adecuadamente, tu sistema   inmunitario optimizará tu salud.

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